Sin duda, un día muy especial, ya que, además de que las emociones florecían en todos esos costaleros y costaleras, no podemos olvidarnos de la fogosidad de los niños, que no paraban quietos de correr y juguetear en el césped junto a sus otros compañeros penitentes.
Son emociones que no solo se sienten, sino que se perciben a través de todos y cada uno de nuestros sentidos. San Roque muestra ya su lado más cofrade, y ni el agua ni ningún otro contratiempo deberían impedir que estos jóvenes -y no tan jóvenes- tan ilusionados perdieran esa gran pasión.
Desde aquí, un humilde servidor que solo capta realidades, les desea una muy feliz Semana Santa 2013 y que el tiempo nos dé una tregua, si Dios quiere.
Un saludo, Raúl Ocaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario